jueves, agosto 10, 2006

No se puede renunciar al amor, sin destruirse a si mismo

Poco a poco, las hojas blancas se escriben por un puño y letra que comienzan a serme ajenos y no comprendo por qué... Es el tiempo el que ha acomodado las cosas y aunque la esperanza, la fe y la necesidad de seguirte teniendo en mi piel puesto que le das sentido a mi existencia la conservo y la conservaré siempre, tus ausencias son brutales a mi sentir. Te amo Pepino.

Este año he crecido lo que no había logrado en 29 y las razones son principalmente dos: la experiencia que me han dado mis viajes -con todo lo que implica- y el haberme podido enamorar por primera vez. De la primera brota una visión de la vida completamente diferente a la que tuve siempre... y de la segunda, una reestructuración de mi personalidad brutal y total, que se lleva a cabo gracias a la visión proporcionada por la primera: un cambio de estructura, y una reestructuración en base a una visión diferente no podía resultar mejor.

Mi filosofía en cada cumpleaños siempre ha sido ¨feliz año nuevo¨ pero jamás la había hecho mía aunque me ostentaba como propietaria y hoy, la reconozco como tal. Definitivamente la experiencia es la que hace al maestro, pero también es cierto que sin la teoría las cosas no impactan de igual manera ni logran cristalizarse para promover la trascendencia de las mismas. El aprendizaje más valioso, ha sido sin duda que he perdido mucho tiempo en reforzar el arnés -y todos los que hay- que unen la estructura de mi personalidad y he tratado de solidificarlos de tal manera que no pudieran debilitarse... Puse resistencia para muchisimas desaveniencias, pero para las más simples, esas que no creemos que nos pueden afectar y las subestimamos, jamás tomé precauciones y ha sido precisamente el detalle más mínimo e ¨insignificante¨ el que ha venido a desmoronarme. Tener la oportunidad de viajar y de conocer desde dentro mundos tan ajenos, me ha permitido replantearme muchos de los valores que sostenían las más fuertes de mis convicciones. He dejado mucho en ello, pero sin duda lo ganado ha sido mayor. Antes, me sentía hambrienta de conocimiento... hoy me apetece la experiencia.

De mi experiencia de enamorarme, se que en mi vida amo, quiero y daría lo que estuviera en mis manos por más de tres personas, pero jamás había tomado conciencia de lo que es tener la capacidad para ser feliz con la simple certeza de que quien me hace respirar, existe, y de que sin importar dónde esté nada hará que eso cambie. Se ha instaurado, claro, como punto referencial de mi capacidad emocional, de mi capacidad pasional, y de mi capacidad para el entusiasmo, ya no aceptaré menos de lo que soy capaz de sentir con el simple hecho de escuchar su voz, o con una mirada de sus ojos... o al anhelar dormir en sus brazos y poder tocar su aleti de la suerte. Esto aumenta los límites de calidad de lo que quiero para mi vida, y me siento satisfecha por ello.

Estoy tranquila, vivo y vivo de una manera mucho muy diferente a la que lo hacía ayer. Espero, sí, porque como ser humano no puedo dejar de hacerlo... pero ya no espero nada de ti ni de ti tampoco, la experiencia me lo enseñó y hoy quiero que dejes tú de esperar de mi. No se puede negar la pertenencia y esa me arrastra a occidente aunque me haya convertido sólo un espectro y nadie solicite o necesite mi presencia. Eso está tatuado en mi piel y cualquiera que la toque puede sentir en la yema de sus dedos, el relieve ¿lo has sentido tú?... se que sí y se también que eso no te importó, eres definitivamente una guerrera.

No obstante perdóname, hoy renuncio a ti.