domingo, diciembre 09, 2007

el amor acaba desde el primer momento en el que a uno de los dos, le ha pasado por la mente la posibilidad de ruptura

dijo Bécquer en algún momento... romántico empedernido cuyas palabras -la mayoría- son un mimo reconfortante para el alma.

siempre he pensado que el alma tiene olor, al igual que el "miedo" -no entraré en detalles sobre las bases biológicas de tal proceso, hablaré en sentido metafórico así que facilitenme la tarea-. no todos somos tan sensibles como para oler la de los demás, a veces somos sensibles para oler sólo aquella que nos interesa, o para no olerla cuando no nos conviene... y esto cambia por completo la dinámica de las relaciones de pareja casi en su totalidad.

en la época de Bécquer, las cosas si que eran diferentes. uno iba por la vida en una batalla avasallante -aunque en ella se perdiera la propia vida- por esa otra persona, porque ella estuviese bien, por lograr su amor, por reternerla, por ser merecedor de su amor, etcétera.... a esto precisamente me remonta la frase... en aquella época -dadas las condiciones sociales- una ruptura era practicamente imposible y bueno, también hay sus desventajas: parejas sin amor unidas por lazos sociales en donde el amor no tenía o tuvo alguna vez cabida, etcétera.

a lo que quiero llegar con ésto es, dónde ha quedado esa pasión por resolver las cosas, por estar con el otro y acompanarlo en todas las facetas de su personalidad?, por dejar de ser uno mismo para que en esos momentos a los que el otro tiene todo el derecho, sea. claro, habrá quien salte y argumente que eso es posible mientras no violente la integridad y seguridad individuales. cierto, pero no es a eso a lo que me refiero en este espacio... me refiero a una atenta escucha, a ser capaces de ver al otro aun en una faceta de desesperación y no salir corriendo porque nos es más cómodo dejarle con sus chaquetas mentales o juzgar ni personalizar la situación, porque es entonces en ese momento que tal hecho se vuelca el pretexto perfecto para desplazar el sentimiento, acto que es precisamente incorrecto y que en ese sentido, estoy con quien ha saltado para defender la argumentación. me refiero también a situaciones donde aun existe el amor, porque cuando no hay amor, no hay necesidad ni de presenciar ni de aguantar. pero a mi se me ha ensenado que si el otro ha tenido un mal dia, lo menos que uno puede hacer es acompanarlo en su malestar -no volverse claro esta en la cloaca de su desahogo- pero simplemente escucharlo y resistir, es decir, estar alli para el. pocas veces nos dejamos "cargar por alguien", y digo pocas veces los que estamos acostumbrados a "cargar a los demás" por tanto es que somos demasiado suceptibles cuando lo pedimos y lo que encontramos es una rotunda negativa. porque déjenme agregar, que luego la persona que decide "cargarnos" por ese ratito, todavía se da el lujo de poner condiciones cuando debería ser al revés, y es que ya de por sí, pedir ayuda nunca es fácil, luego se preguntan por qué uno no la pide cuando la necesita. aqui pueden encontrar la respuesta.

esta es una de las consecuencias que ha traido consigo la cultura de la individualidad: eres, soy, caminamos juntos pero solamente caminamos juntos, "no te cargaré ni me cargarás": tu eres tu y yo soy yo -diría Pearls- y la situación se pone más cómoda: resulta más fácil atravesar por una depresión -si es que se llega a dar- que puede durar un mes o un ano por la ausencia del "otro" que nos ha dejado o a quien hemos dejado porque hay cosas incompatibles, que el simple hecho de echarle ganas a una relación para que las cosas tomen un giro diferente o simplemente se renueven o resuelvan. es entonces desde este lugar que entiendo esa frase: hoy en dia es mas fácil terminar una relación que echarle ganas y construir... y no me refiero a una obstinación porque las cosas funcionen que eso ya es un grado patológico de querer "ver" donde "no hay".... simplemente, por qué la gente prefiere huir antes de esforzarse?...

quizá porque desde el momento en el que implica "hacer un esfuerzo", es que ya las cosas se han perdido, uno no se "esfuerza" por amor. ciertamente no todo "emana", hay que aprenderlo pero como dice Bécquer, si a alguno de los dos le ha pasado por la mente una ruptura, es en ese momento en el que todo se ha perdido... y es que yo me resisto a creer en ello.

puede alguien decirme que estoy equivocada?

si no es asi, por favor miéntanme o recomiéndenme algún colegio donde aprenderlo o alguien que pueda ensenarme lo contrario.

M

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Aii peque...

Siempre has sido una apasionada desenfrenada y alguien que se entrega desde el momento uno, no he conocido a nadie igual. Creo que eso es lo que nos atrae tan magnéticamente de ti, pero eso es también algo que nadie te agradecerá o te aprenderá si es lo que estás esperando. Los demás no somos como tú, tú eres un especímen en peligro de extinción que necesita otro ser humano con la misma sensibilidad que entienda lo especial que eres y que además tenga la delicadeza para enseñarte el error que cometes al darlo todo sin pensar, por cabezota que eres.
Tantos putazos le hemos dado a ese corazonzote, unos mas, otros menos...

Cuándo aprenderás a cuidarlo, cuándo aprenderás de las experiencias?

Te quiero

(aprende a entregarte un poquito menos, mírame a mi).

Anónimo dijo...

Y no has pensado que precisamente porque hemos evolucionado nos hemos vuelto más independientes? Ahora somos más iguales, y por tanto, con más opciones a ser distintos. El problema es que siempre esperamos de el otro lo que esperaríamos de nosotros mismos. Dale la vuelta a la tortilla, a lo mejor sabe mejor..
Lawra