martes, julio 04, 2006

...se muy bien que haras en sus brazos... ¿dime que hago yo?...

...la respuesta es tan sencilla... el problema es que la mayoría de las veces la comprende la razón pero no lo entiende el corazón. Hoy sabemos que el estado emocional es una combinación de químicos sujeta de modificarse -basta con trabajar sobre el condicionamiento y el área psicológica que la fomenta-... y que es el estado psicológico quien se encarga de decrementar la intensidad o promover el aferre a las vivencias dada su condición de goce... hoy sabemos que es adicción... no es ¨aquel¨, no es ¨ésta otra¨... ¨soy yo¨ y mi ¨capacidad creativa¨ y eso me hace enteramente responsable de todo lo experimentado, lo sentido, lo imaginado, lo simplemente vivido... La complicidad por parte de ¨el otro¨ está identificada también y existe como tal -las cosas no las hace uno solo- y radica en convertirse en parte del juego y corresponsable de los efectos que de éste resulten, por tanto ostenta el papel de ¨detonante¨ de lo que motiva nuestra decisión de experimentar -o no- la posibilidad, y las interacciones que se dan son el resultado de una realidad de dos, no de uno... Sin embargo, vivirla, es ya cosecha nuestra.

Pero, ¿de qué nos enamoramos realmente?... en mi caso, la respuesta había sido siempre la misma hasta hoy, aterradora además por su cualidad egocéntrica: nos enamoramos de la ¨imagen¨ que creamos nosotros mismos de ese a quien decimos amar, la introyectamos como la real y frecuentemente nada tiene que ver con lo que en verdad es el otro -y luego nos preguntamos por qué las decepciones son tan fuertes!-... Rara vez somos capaces de ver al otro por sí mismo y permitirle que nos maraville con lo que puede brindarnos sin que interfiera nuestra propia interpretación de las cosas que todo lo distorsiona. Somos nosotros mismos además, quienes marcamos la pauta de los puntos por los cuales queremos maravillarnos y todo aquello que se aleje de ese objetivo, es una falla, defecto o un error garrafal de su parte.

Pero también existe la contra parte... así como el otro ¨es¨ y yo ¨soy¨ en la realidad que hemos construido mutuamente y en la que existimos uno en función del otro -por ejemplo, no sería él o ella ¨la persona más amada¨ si yo no le pongo la cualidad, y yo no sería quizá la mujer más ¨admirada¨ si ella o él no me da esa cualidad, en ese contexto nuestro- coexistimos también como seres independientes de esa realidad, y terminamos también ¨siendo¨, en función de lo que les reflejamos a los demás: no tendríamos esa cualidad de ser una buena amiga si nuestros amigos no nos la brindan, no seríamos esa persona exitosa, si no nos dan los demás tal cualidad y eso es real. Así, somos tanto sensibles a la mutua realidad construida, como a esa ajena a esta última... y somos capaces de afectarnos el uno al otro tanto en una como en otra -aunque a ninguna de las dos partes les agrade asumir tal responsabilidad- y eso es inevitable.

Alguna vez alguien sabio, con un recorrido incalculable ya en esto de la madurez emocional, a quien amo profundamente y con quien siempre estaré en deuda gracias a su contribución en mi proceso de madurez, me escribió: ¨...de tu fascinación nace mi imperfección...¨ y esto es parcialmente cierto... aplicamos el principio eclesiástico de que Dios nos hizo a imagen y semejanza, a quienes amamos para hacerlos a imagen y semejanza nuestra y las cosas no son así. Ya una persona es bastante ¨defectuosa¨ por sí misma como para que todavía lo sea en nuestra imagen construida... Bajo este principio, tal cual lo augura la historia de la humanidad porque así ha sido siempre, el trayecto compartido en pareja será una película de decepciones fatales... y no se trata de ir por la vida sobreviviendo, sino ser un superviviente y avanzar.

En ocasiones también me ha quedado la duda de si a lo que nos aferramos no es simplemente más que al espejo que materializa el otro en su persona, que nos refleja una imagen de nosotros mismos a la que no estamos dispuestos a renunciar, y la idea -mezclada con esto de las adicciones- no me parece nada descabellada. Ese discurso de ¨When I look at u.... I see ¨me¨¨... es aunque aterrador, muy cierto. Me sitúa por tanto, en una reflexión muy primitiva que me lleva a revisar los apuntes de mi memoria sobre ese narcisismo primario-recordemos que Narciso en la mitología griega, estaba enamorado de su propio reflejo-, experimentado cuando al nacer, suponíamos de manera sensorial que el mundo era simplemente parte de nosotros, no viceversa... y es que algo similar sucede con las decepciones amorosas, la crisis que sufre el bebé cuando toma conciencia de que el mundo no es parte de él sino que es él quien es parte de un todo más complejo es avasallante, y es apartir de ahi y del proceso de esa información que comienza a definirse y a adquirir una identidad propia que le diferencia de los demás, a ser ¨alguien¨ y a actuar en consecuencia. Cuando estamos en una pareja a quien convertimos -muy a pesar de la responsabilidad que el otro esta dispuesto a asumir- en nuestro universo entero, lo que experimentamos es una regresión tan brutal que vivimos como aquella primera, somos por fin ¨alguien¨ diferenciado de los demás con una identidad creada a partir de ello. El infortunio que experimentamos al perder a ese ¨otro¨, es precisamente el que con él se lleva lo único que somos....

El resultado de vivir dicha crisis -que a todos invariablemente nos llegará en su momento, si tu que lees ya la viviste, entonces sabes de lo que hablo-, es precisamente tomar conciencia de que nosotros existimos aún a pesar de ese a quien amamos y a pesar de los demás -aunque sea de éstos de quienes obtengamos el refuerzo de nuestra personalidad y no podemos evitarlo dado que todos nuestros actos estan orientados a ¨ser¨ ante los demás- y debemos comenzar a construir una identidad propia a pesar de ellos -iniciar desde cero no es nada fácil, pero la tarea bien vale la pena-... y como me lo dijo alguien a quien adoro ¨no necesitas que te rompan el corazón para darte cuenta de ello, para saberlo¨, inevitablemente es algo de lo que no tomamos conciencia hasta que no estamos levantando los fragmentos en los que se ha quebrado nuestro corazón... hasta cuando nos dejan aparentemente ¨sin nada¨, a la deriva, sin sentido y sin nisiquiera saber quiénes somos.

Conclusiones:
1. Hay que trabajar en nuestro condicionamiento biológico, sin atentar contra las tendencias que nos marca nuestra herencia genética.
2. Hay un punto de crisis en la vida que marca que antes de él, la mayoría de las veces nos enamoramos de la imagen que construimos del otro e introyectamos como real. Las decepciones son en muchas de las ocasiones encontronazos que tienen lugar cuando se contrapone nuestra imágen del ser amado, y la persona tal cual es.
3. No por la nuestra creación de una imagen del otro, éste deja de tener defectos y cualidades propias aun a pesar de nuestra existencia, que son capaces de afectarnos. El otro no deja de ser corresponsable en la realidad mutua construida y en aquella ajena a ésta.
4. Muy posiblemente, estemos aferrados al espejo que el otro en su persona materializa y al reflejo de nosotros mismos en él. Puede que sea tantísimo lo que nos gusta, que no estamos dispuestos a renunciar a esa imagen y que es finalmente lo que le da sentido a nuestra existencia y coadyuva de manera decisiva a la construcción de nuestra identidad....

Qué es el ser humano, si no un viajero eterno en la búsqueda de su identidad... y qué hace el ser humano, sino ocupar escenarios diversos a través de los cuales intente buscarse y encontrarse a sí mismo... Si tan sólo fueramos capaces de concientizar que la identidad no es una sola, sino un proceso dinámico que se adapta a las vivencias que vamos experimentando, no cambia, mejora, evoluciona... La evolución es entonces, la cadena eterna a la que estaremos sujetos dada nuestra condición humana, marcada por esa necesidad de buscarnos a nosotros mismos que estará condenada a no encontrarse jamás.

Besos.

Ps. Una reflexión motivada y dedicada a ti. Te quiero Nena.

2 comentarios:

kiradb dijo...

wow. wow. wow! porque siempre me tengo que permitir un momento despues de leerte?
YO NO NACI PARA AMAR. lo malo es que juanga dice que el tampoco y a mi ya nadie me cree.

Anónimo dijo...

Y lo dice Ana, Luzma y ahora yo:
"el amor no existe, sólo el seso"