que si que si!

-...habías visto alguna vez la vía láctea así?- el reflejo de la luna -de esa, todas- sobre el agua iluminó tu rostro con los destellos cuando miraste hacia arriba. el vapor de la superficie del agua advertía que lo fresco de la noche comenzaba a intensificarse.
- no, no en realidad...- te dije aun con agua en mis labios librándome de una piruetilla submarina y pensé. salía debajo de ésta echando mi cabello hacia atrás para escurrirlo y quitando las gotas que cubrían mis cejas, dejé sólo al descubierto mis hombros para atender a tu fascinación pero antes mire mis dedos, tan arrugados como los de una mujer de 99 años y apenas tenía yo 16!.
- mirala, es esa de alli...- te sentaste sobre los escalones de la piscina y yo me fui detrás de ti. -...es que se ve tan clara, es increible...-. realmente y para serte sincera, yo no lograba diferenciar la nebulosa de nuestra galaxia del universo entero, estaba asombrada por lo azul que se mostraba ante mi y me perdí en él... callé por mucho rato pero sabía que aguardabas. -qué piensas?- me dijiste. logré arrebatarle a la vía láctea tu atención. baje la mirada y la atrapó el juego de destellos del movimiento del agua.
- en la inmortalidad del cangrejo, quizá...- te miré fijamente a los ojos y sonreí.
- inmortalidad?.... los cangrejos SON mortales...-aseguraste con determinación. yo fruncí mi ceño y me salpicaste de agua invitandome a la batalla.
- cierto, SON mortales porque la gente y la naturaleza los matan, de no suceder esto jamás morirían. para mi SON INMORTALES...- te refuté.
-no...- reflexionaste en un suspiro -...lo natural tiene caducidad, un tiempo de morir...- tus ojos reflejaban un verde olivo intenso y se les escapó un sollozo de tristeza. yo respiré, humedecí mis labios y te miré.
- ...lo natural, es asi... es esto....- y me acerqué a ti.

seguro, yo tambien.

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