viernes, abril 10, 2009

pq tal como las obras de arte, en general las novelas también encuentran el título adecuado al estar completas

I

- A qué huele el amor?- Preguntó una joven al teléfono con una sonrisa en los labios mientras enredaba el borde de su cabello en su dedo índice derecho y con su mano izquierda dirigia el volante del auto. Su mirada se perdía en la neblina que celosamente escondía el mar que al costado le daba la bienvenida a casa, la invisibilidad resaltaba la magia del sonido producido por movimiento de las olas en combinación con el canto de las gaviotas y el olor inconfundible del agua salada.

- El amor no tiene olor, o sí?, respondieron del otro lado del auricular.-

- El amor…- pensó: -huele a… peligro- afirmó. Hubo un silencio prolongado.

- Entonces el amor, huele a ti- y cortaron comunicación. Un suspiro seguido de la mano que al cerrar el mobile lo acercó a sus labios, encerró el momento y lo bautizó de reflexión. El escote que descubría la prudencia de un pecho bronceado bailaba al compás de la respiración, esa que casi cualquiera pasa desapercibida cuando es la expresión máxima de aquello que tiene vida. Lo grisáceo de las nubes cumplía su amenaza: las gotas de agua comenzaron sutilmente a bañar las ventanillas del coche, sólo que éste en avanzada dejaba tras de sí la tormenta. Los neumáticos creaban música en combinación con la lluvia que cubría el pavimento de la avenida y ese momento tenía un destino y era ya tarde para el mismo.

2b continued...

*Mónica Ramírez Cano

1 comentario:

Anónimo dijo...

Y lo cumpliste!. A pesar de que tu palabra parece ponerse en duda en ocasiones, siempre nos sorprendes y acabas haciendo lo que quieres y prometes, de eso soy testigo, un testigo muy afortunado (y de tantas cosas).

YKW