miércoles, junio 28, 2006

...la fiesta del Chivo!

...tal cual dijo Mario Vargas Llosa -en el título de su libro-, eso es lo que en palabras de Jennyfer haremos una vez que Estela pise Madrid!. Madre mía, ese chivo ya hasta yo me lo estoy saboreando y les contaré con lujo de detalle, a qué sabe un chivo dominicano!

Hablando de socializar y los eventos que uno lleva a cabo para ello... anoche tuve la oportunidad de compartir momentos excelentes en un fabuloso ambiente multicultural -bueno, es que ya en Madrid qué no es multicultural- en un antro de jazz, chill out y deep house: ¨Marula¨, con niñas de la selección femenil francesa, japonesa e italiana de Badminton -sin dejar de mencionar los varones, altos ejecutivos de la Federación tanto Española como Europea que por obvias razones empezaron a llegar uno a uno-. Lo que tornó interesante la noche, fue que cuando el ambiente comenzó a perder el sentido, me abstraje a observarlo... y pude concluir -y reforzado por los presentes- que a pesar de que todos lo estabamos pasando fenomenal y nos sentíamos reyes del universo -y más con la oportuna práctica de diversas lenguas-, en el fondo no compartíamos otra cosa más que la nuestra necesidad de cubrir un vacío interno camuflajeado y del que pocos saben de su existencia o se atreven a reconocerlo...: el motivo que finalmente nos había llevado a todos a coincidir, era la soledad que daba lugar al mismo. Lo aún más interesante del caso, fue depronto la sensación que me produjo el estar como en un set donde se graba una película y todos representamos papeles que de hecho -lo que es más grave- reconocemos ya como propios -quizá por la costumbre de interpretar siempre el mismo-, y descubrir que la etiología propia de cada cual que da lugar a ese vacío, es muy particular... Las preguntas obligadas eran ahora: ¿en realidad estás solo, o es que tú te sientes sólo?, ¿en qué medida has contribuido tú mismo a estarlo?, porque nos quejamos tanto de ese típico ¨es que no he encontrado compañía que valga la pena, o mi pareja ideal¨ cuando en realidad, la mayoría de las veces somos nosotros mismos quienes por estar debrayando en quinta, o nos alejamos de ello o provocamos ese fatídico desencuentro... ¿realmente por qué estás solo, o por qué has decidido estar solo?... ¿por qué montar un teatro ya inconsciente para matizar el verdadero sentimiento, en una noche que sólo sirve como excusa para no experimentarlo u olvidarlo si acaso, por un momento?... ¿eres feliz así, o sólo sobrevives?.... Y lo más importante de todo: ¿sabes en realidad lo que quieres?... Y es que, en verdad se disfrutan esos momentos!... lo pasamos de maravilla, y más aquellos que se han ya acostumbrado tanto al sexo ocasional -síntoma clave y claro del padecimiento en cuestión, ese padecimiento generalizado que parece atacar a la juventud mundial sin respeto de raza, género, religión-... o a sumergirse en una jarra brutal que les exime de toda responsabilidad respecto de los actos que no son capaces de realizar sobrios....

La juventud estamos cada vez más envueltos un un mundo, que lejos de propiciar los fenómenos socializadores que por sí mismos van construyendo las escalas de valores, propiciando el desarrollo de la identidad -tan perdida hoy día- y la consolidación de la misma que se da de manera natural en esa dinámica grupal interactiva; el apego a la familia o al grupo de amigos, la noción de un ¨compartir¨ ante el establecimiento de compromisos -que ahora parece una palabra de peste- cuando se forjan lazos afectivos amorosos o amistosos... propicia una segregación personal casi total... Ese mundo ha convertido a la placenta social que en un inicio solía reconocernos como suyos, en un abortivo natural y perfecto para aquellos que conservadoramente aún propician la tendencia a la asociación... se ha tornado ya el mundo presente en uno sumamente propio, mágicamente individual, aislado, con visiones y concepciones parcialmente válidas de la vida que fomentan la relatividad... y todos nuestros actos se llevan a cabo en consecuencia. De ello se deriva, ese inexplicable carácter ¨tan exigente¨ adquirido con la experiencia... ahora luego de algunos años resulta que todo nos parece poco... esos ¨pero¨ tan incómodos e inoportunos caray, que cuando parecía que estabamos en nuestro mejor momento, siempre aparece uno... Se deriva también esa sensación de soledad -moneda económica de las transacciones interactivas actuales- que preferimos matizar, disfrazar con una personalidad autosuficiente y llena de logros materiales -en el mejor de los casos- y eventos sociales como el que ha dado lugar a la presente reflexión... que finalmente y cuando estamos frente al espejo preparándonos para dormir... aproximándonos a una cama tan ansiada por la fatiga del festín, es el vacío que la marca lo que nos refleja el nuestro interior.... ese momento termina por evidenciar lo que hemos construido y que nos cubre como escudo para no sentirnos ¨parcialmente¨ completos... pero la cama no engaña... y estemos o no satisfechos con los logros hasta este momento cosechados y esa soledad que ¨aparentemente nosotros tendemos a buscar o preferimos ejercer¨ -cuando en realidad es que nos hemos ya acostumbrado a ella-, lo experimentamos.

Lo cierto es que sólo tu, aquellos y yo, sabemos a ciencia cierta lo que nos lleva la mayoría de las veces -porque como en todo hay sus excepciones y no siempre es así- a coincidir en la escucha de alguna melodía en un antro, teatro o concierto... lo que dejamos en ese roce accidental en las butacas de un cine... lo que transmiten nuestros ojos cuando ambas miradas se encuentran al cruce del caminar... lo que dicen nuestras manos cuando compartimos una comida y no dejamos de hablar de cuan satisfechos estamos con lo que hemos logrado, y lo aún nos falta por hacer para sentirnos felices... El sexo ocasional, la cada vez más compartida convicción de no querer establecer una relación formal, la búsqueda de un momento pasajero que nos haga olvidarnos de nuestros quehaceres diarios, o el seguir con esa pareja que no nos satisface del todo pero con la que estamos cómodos, son ejemplo de ello...

A quién responsabilizar de tales tendencias?... Al propio sistema globalizador que ha atacado el mundo y que propicia el aislamiento del ser humano, y que le fomenta el entusiasmo por construir un mundo con leyes y normas propias en el que son cada vez menos los que cumplen los requisitos para poder acceder al de algún otro o compartir el propio?... A nosotros mismos que por nuestros miedos y resentimientos ocasionados por eventos pasados, preferimos evitar una entrega que podría volvernos a situar en un estado de indefensión del que con seguridad saldremos lastimados nuevamente?, A la búsqueda de los logros establecidos que provocan se deje en segundo lugar la alimentación de espíritu?....

Tú de qué vas?

Besos

2 comentarios:

kiradb dijo...

comadre, me encanta que escriba y me encanta leerla. siempre tan deep. brava! en fin, de mis lineas favoritas definitivamente "la busqueda de un momento pasajero que nos haga olvidarnos de nuestros quehaceres diarios". me recuerda a nena daconte con aquello de "si supieras cuanto tiempo gasto al dia para no pensar en ti". wow! ese "ti". el famoso "it". beso tronado desde el pais donde los sueños se hacen realidad o reality show. 1 de 2. k x

Anónimo dijo...

hola!coincido con muchos, me fascina leerte, que manera tan buena de describir la vida, gracias por compartirnosla, es mi mejor arma para bloquiarme y olvidarme unos minutos de mis "quehaceres"...me hace muy feliz! te quiero siempre.

quien es nena daconte?

irene.