jueves, febrero 14, 2008

...hacer el amor con la amistad...

...quién es ¨amistad¨ ¿alguien la conoce? y luego le dicen a uno zorra!...

...será que se puede tener amigos sin hacer el amor con su ¨amistad¨ -o bueno, ya hacer el amor es demasiado, vamos, follársela- porque ahora lo ¨in¨ y ¨último¨ parece ser esta despersonalización como si lo que uno se follara fuese ese concepto abstracto de un ¨eres lo máximo, osea lo más¨... o... a ese ¨te quiero miiil!!!!!¨, o a ese ¨weeey no mames eres mi mejor amiga y te quiero un chingo¨.... -sin contar, claro, conque uno sería lencha o gay por añadidura y sin opción-

-¨tu no sabes lo que es tener amigos¨ -me dijo en medio de una discusión acalorada... -¨tu terminas follándotelos a todos por igual¨- pero, es que ¨amar es compartir y para eso estan los amigos¨ -pensé, pero me lo callé-... la discusión cesó pero la reflexión llegó.

evidentemente eso no es cierto, de ser así, la vida sería un bacanal como el que acertadamente expuso Tom Tykwer en su versión de mi tan favorita ¨el perfume¨ traduciendo a imágenes las palabras de Suskind. creo ciertamente, que hay una etapa de la vida en la que todos tendemos a experimentar y nuestro cocktel de hormonas se nos va de las manos y nos sobrepasa -a unos más que otros, desde luego- pero las amistades verdaderas no tienen nada que ver con eso. también es cierto que en ocasiones, largas amistades han surgido a raíz de un acostón y sobreviven -ya sin sexo- a los años. pero yo no tengo la receta para saber cómo hacer amigos, lo mío se complica porque soy hija única y por tanto jamás aprendí y es que nunca me enseñaron la ¨competitividad¨ que se da por ¨default¨ y deriva en intuición de una relación fraternal, y que después se traslada a los procesos socializadores donde uno va haciendo amigos... mis amiguitos desde la infancia, fueron siempre los hijos de los amigos de mis padres, aquellos con los que muy convenientemente siempre jugabamos al ¨doctorcito¨.... y aunque en los años venideros no fui muy afecta a las agujas y creo que hasta fobia desarrollé, no soy médico como hubiese sido lo esperable... asociar aquella ¨exploración¨ corporal -ser médico- debajo de una sábana que servía de pretexto para que nuestros padres -que mientras tanto apostaban en el galgódromo y nos dejaban con nuestras nanas- no nos encontraran en pelotas, con la ¨amistad¨ y el ¨conocer gente nueva¨-vamos, hacer ¨amigos¨-, no logró concretarse en mi... y aunque aún hoy salgo corriendo cuando alguien pone una aguja frente a mi, he podido sobrevivir a las oportunidades para conocer gente -sin sexo- y al sexo sin la oportunidad de conocer a la gente...

llegaron los años de secundaria... yo seguía huyendo de las agujas, pero no de los procesos socializadores que debían darse por orden natural a la edad, y el sexo? aún no sabía yo qué era el sexo... aunque ahora que lo pienso siempre me atrajo lo ¨prohibido¨ derivado quizá de aquella sensación tan increíble que era estar bajo la sábana de la que ya les he platicado... parece que me hice adicta a esa sensación... -porque bueno, aún hoy me gusta follar bajo las sábanas-...

llegó la preparatoria y yo era la alumna ¨number 1¨ de la escuela ¨Rolando Calles¨ (que alguno por alli la debe conocer), mi maestro preferido ¨Don Armando Broncas¨ y seguía huyendo frenéticamente de las agujas. me habían ya corrido de un par de escuelas secundarias y bueno, había pasado por la mayoría de las escuelas preparatorias de la ciudad de mi infancia... por tanto, los procesos socializadores quedaron en segundo plano dado que era poco el tiempo que tenía para hacer amigos y las hormonas estaban sobrepasando mi control... me abandoné a la locura aunque en el fondo buscaba algo único que jamás llegó... afortunadamente los protagonistas de aquellas historias siguen, la mayoría, presentes en mi vida y son esos grandes amigos que -paradójicamente- nadie se hubiese pensado que sobrevivirían a la cama... la cama quedó atrás desde el momento uno, pero todo lo demás se convirtió en amistad, una amistad fuerte, profunda y eterna...

la mía suerte de no haber concretado aquella asociación tripartita -doctorsito, sexo y amistad- se ve reflejada en mi actual estar. y aunque el presente -en el que sigo huyendo de las agujas- resultó de ¨hacerle el amor a la amistad¨ luego de un octubre agitadísimo, me siento completa -aunque no tranquila... ya ven ustedes, estar enamorada y que un 14 de febrero (en la distancia) no respondan al teléfono mobile enferma a cualquiera (¿sigues de canguro?)-... ah, olvidaba decirles que mi Doctorado en Criminología se suma también a la serie de eventos que conforman lo mejor que me ha pasado en la vida....

¿quién dijo no a la asociación?...

M

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